jueves, 4 de octubre de 2012

Volver a empezar.

Como si te preguntan algo y tú te quedas sin habla, finges estar pensando cuando en realidad te bloqueas, le das vueltas al asunto y al final no dijiste nada. Empiezas a recordar todos los momentos que viviste, cada caricia, cada abrazo, cada beso. Empiezas a echarlo todo de menos, todo esto en el instante en que cruzas una mirada, en tan solo ¿décimas de segundo? Sientes algo que nunca habías sentido, eso que todo el mundo llama “mariposas en el estómago”. Más tarde empiezas a preguntarte: ¿Habré hecho el ridículo? ¿Se estará riendo de mí? Pero a la vez tienes la esperanza de que todo salga bien, de que por una vez puedas estar feliz, al menos durante un tiempo, con la persona que mas quieres y más has querido nunca, esa persona por la que darías todo y más. Mides cada palabra con la que hablas con él, no quieres quedar mal en ningún momento, te pones nerviosa, escalofríos por la espalda, ese incomodísimo cosquilleo, temblor de piernas, piensas: “tierra, trágame”, en ese momento no sabes que quieres, ¿que pase el tiempo, o pararlo en ese instante para siempre? No encuentras el momento para decirle que le quieres, que nunca habías sentido eso, por nada ni por nadie, que quieres volver a vivir aquellas bonitas tardes de invierno, que le echas de menos. Todo cuanto pasa por tu cabeza te parece inútil y absurdo. Sientes que el tiempo pasa, y no tienes a esa persona a tu lado, el día a día se hace incomodo, necesitas volver a mirar a los ojos, volver a oír un te quiero verdadero, volver a sentir...


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